Fue una de las primeras construcciones realizadas en Castro y sigue hasta hoy la estructura simétrica del Tablero de Damero, un estilo típico de edificación de plazas que realizaba la corona española al poblar nuevos dominios.

En cada una de sus esquinas, se encuentran diversos elementos que aluden a la histórica y a la identidad de la ciudad. Insigne es la escultura – pileta de la Pincoya, guiño innegable a la mitología chilota y que convive con la imponente iglesia de Castro.

La plaza de Castro es además el punto de convergencia en la ciudad, donde confluye la gente que llega a este núcleo urbano, con la gente que vive y trabaja en ella.

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