La Iglesia de Santa María de Rilán es un templo católico situado en la plaza de armas de la localidad rural de Rilán, ubicada en la península del mismo nombre, en la comuna de Castro, en la Isla Grande de Chiloé, X Región de Los Lagos. El nombre de Rilán significa «no hay pasada», lo que hace alusión a la situación de su emplazamiento, al final de la península.
La primera versión de la iglesia habría estado localizada en donde hoy se encuentra la plaza, y se estima que al momento de construirse la nueva, la antigua ya tenía cerca de 100 años.
El templo actual aparece registrado en el archivo parroquial en el año 1903, sin embargo, su construcción se llevó a cabo entre los años 1908 y 1920, siendo contemporánea a la Iglesia Franciscana de Castro, de donde provienen todas las técnicas y soluciones constructivas utilizadas en Rilán.
No obstante, la rápida construcción de su estructura primaria y la numeración romana de las piezas de la Iglesia han permitido a sus restauradores plantear la hipótesis de la misma es una estructura prefabricada. Según los escritos del Padre Gabriel Guarda, el carpintero a cargo de la obra fue Francisco Oyarzo de Curahue, quien habría edificado la Iglesia y casa parroquial junto a un grupo de carpinteros que se hacían llamar «Los 80», por razones que se desconocen. Además, este grupo habría levantado también las iglesias de Dalcahue, Curaco de Vélez, Quilquico y Yutuy, esta última de las mismas proporciones que la de Rilán. Esta es la tipología arquitectónica fue la que acabó configurando la Escuela Chilota de Arquitectura en Madera.
Las maderas para la construcción fueron llevadas desde Dalcahue a Rilán en yuntas de bueyes, pero el deterioro y muerte del ganado por el esfuerzo obligaron a idear otras formas de llevar el material, lo que finalmente se realizó en balsas a remo. La iglesia fue edificada en planta basilical a tres naves, en estilo ecléctico, con elementos arquitectónicos tanto del neogótico como del neoclásico y el neorrománico. Tiene 37,5 metros de largo por 15 de ancho, y una altura de 9,2 metros en su nave central. Con un revestimiento de tejuela, tiene un frente hecho con pilares y arcos de medio punto, rebajados y con ojivales. La torre, de casi 28 metros de alto, tiene tres cuerpos; el primero de planta cuadrada y el segundo y el tercero octogonales, rematada en chapitel. En su interior, cuenta con una bóveda de crucería propia del estilo neogótico, semejante a la de la Iglesia de San Francisco de Castro, además de columnas y arcos de medio punto que separan la nave principal de las laterales. Se encuentra apoyada sobre piedras basales fundacionales. Entre las maderas utilizadas para la construcción se encuentran madera de Tepa para las estructuras, revestimientos interiores y del pórtico; madera de Ulmo en algunas áreas del revestimiento del piso; de Ciprés en ventanas, puertas del pórtico, tingle del hastial y una pequeña área del altar; de Tenío en algunos pilares de la columnata; y tejuela de Alerce para el revestimiento exterior de la torre, tabiques laterales y culata.
La cubierta, los faldones de la torre y la cubierta del chapitel son de zinc acanalado de grueso espesor. La patrona de la Iglesia es Nuestra Señora de Lourdes y su misa se efectúa cada 11 de febrero. La construcción fue declarada Monumento Histórico a través del Decreto Supremo N°1750, del 26 de julio de 1971, y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 30 de noviembre del año 2000. Durante los años 2012 y 2013 se realizaron obras de restauración a cargo de la arquitecta en obra Patricia Mondaca y del maestro mayor Leonardo Moreno, en el marco del Programa de Puesta en Valor del Patrimonio de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo. Entre los principales problemas que presenta la conservación de esta Iglesia se cuenta el que la misma se encuentra emplazada sobre un humedal con escaso drenaje y presencia de napas superficiales, lo que ocasionó el hundimiento del edificio y el deterioro por humedad del envigado del piso. Para solucionar este problema, se implementó un proyecto de drenaje y la modificación del sistema de fundaciones que considera la construcción de dados de hormigón bajo las piedras fundacionales.